Tal como comentamos en un post hace poco, muchos de los monumentos en Ibiza tienen relación con los corsarios, los piratas, y con la estrecha relación que tuvieron con la isla.
La mayoría de estos monumentos son estructuras militares defensivas para detener ataques piratas, que abundaban en gran medidas en las aguas ibicencas, por parte de piratas árabes que buscaban saquear los pueblos costeros ibicencos después de haber sido expulsados de allí durante la reconquista cristiana. Las grandes murallas que habían construido en la isla los árabes fueron reforzadas por los conquistadores y permitieron a los habitantes de las islas vivir en paz durante siglos y resistir los ataques piratas.
La cosa cambió al llegar el siglo XVI, por desgracia, con la llegada de la pólvora. Los muros que antaño habían defendidos las costas ibicencas ahora caían fácilmente ante la potencia de fuego de muchos navíos piratas. En concreto el corsario Hayreddín Barbarroja, uno de los principales almirantes de la flota turca, era considerado como el terror de las aguas ibicencas.
Con el objetivo de repeler completamente los ataques piratas, el entonces infante Felipe, más tarde coronado como rey Felipe II, mandó construir una fortaleza abaluartada que abarcara todo el perímetro de las antiguas murallas árabes, para que pudieran repeler y defenderse de los ataques turcos y otomanos de forma totalmente efectiva. La fortaleza resistió tan bien los ataques que hoy en día se encuentra casi intacta: la ciudad amurallada de Dalt Vila en la ciudad de Ibiza.
Otros de los monumentos en Ibiza más visitados son las iglesias, que abundan en gran medida por toda la isla, situadas en muchos de los pueblos costeros y del interior. En el pasado estas iglesias servían de refugio contra ataques piratas, ya que estaban fuertemente fortificadas para resistir saqueos. Cuando un barco pirata era avistado por una de las 18 torres vigías que cubrían toda la costa ibicenca, los guardias de la torre encendían hogueras para que los pueblerinos cercanos corrieran a refugiarse en las hogueras.
A pesar de eso, los daños materiales que causaron los piratas a lo largo de los siglos de asalto a la isla fueron muy elevados, además de que, a pesar de la alta vigilancia y protección de los isleños, muchos de ellos fueron secuestrados y vendidos como esclavos en África.
A lo largo de toda Ibiza se pueden ver el legado que esta relación con los piratas y corsarios ha dejado en la isla, algo que resulta muy atractivo para muchos turistas, historiadores y entusiastas de la historia y del mundo de la piratería.